martes, octubre 10, 2006

Dunkelberto Hernández De La Barquera e Ibargüengoitia


Nací un 12 de Agosto del año 2005, en la ciudad de Puebla. Dicen que mi papá es español y mi mamá mexicana, pero como los dueños de mi papá no podían llevarlo de regreso, decidieron que los dueños de mi mamá lo adoptaran y así es como se quedó y nos hicieron a mi y a mis otros 6 hermanos, 2 hembras y otros 4 machos. Yo soy el único de los machos que me parezco a mi papá: ¡soy negro! Bueno, es que en mi raza, Labrador Retriever, puede haber 3 colores, miel, chocolate y negro.

Llegué a vivir con mi actual y único dueño el 20 de Septiembre del 2005, o sea que ya tenemos poco más de un año juntos. ¿Por qué hasta ahora escribo de mí? Fácil, porque mi papá no me prestaba su Laptop.

Ese día mi papá fue por mi, yo estaba dormido en una caja porque ya me habían apartado para que me llevaran. Cuando llegué a la que ahora es mi casa llegué hecho una bolita de pelo negro y muy asustado, tanto que tiré el primer traste de agua que me dieron. Los primeros días estuvieron llenos de incertidumbres y de cosas nuevas, la casa, el acostumbrarme a la comida, el estar solo porque mi dueño se iba a trabajar y esas cosas. Pero eso si, cuando llegaba, estaba siempre conmigo, jugando y me daba de comer. Hasta me compró una camita en forma de huella de perro y ahí dormía, en su recámara durante los primeros 3 meses de mi vida.

Pero lo mejor de todo es que antes de que me bajaran a dormir a mi patio (porque tengo un patio para mi solito) me encantaba esperar a que mi dueño se durmiera perfectamente para subirme a su cama y acomodarme junto a él, de verdad que se dormía ahí calientito. Obviamente cuando tenía hambre, me hacía sentir, o sea, me subía en su panza, y esperaba a que se despertara. Y lo mejor es que después de jugar un rato, me sacaba a hacer mis necesidades y a comer.

Y así han pasado los últimos meses, mi dueño se levanta temprano, me limpia mis “cosas”, me lava el patio, y me da de comer y agua para tomar. Se va a trabajar y yo me duermo porque me aburro mucho. Calculo la hora a la que llegua y me acerco a la reja para esperarlo. A veces me ha encontrado dormido, pero eso si, siempre que llega, ya sea al medio día o en la noche, va a saludarme, a jugar conmigo y a darme más agua. Y si tengo hambre o sed, le arrimo los trastes a la puerta y así el ya sabe que tengo hambre o sed, dependiendo de qué traste arrimo. Tengo una casa en forma de Igloo, y me encanta cuando me baña, porque además de que me encanta jugar con el agua, siempre terminamos jugando y mojados.

En las noches, cuando ya no hay niños que se espanten con mi tamaño y mi ladrido (que parece que me comí un perro grande) él me saca a pasear, a veces damos vueltas a la colonia, a veces salimos de ella y vamos más lejos y me deja jugar en los jardines. A veces también buscamos una botella de plástico de refresco y jugamos a que él me la avienta y yo voy por ella, pero cuando me canso, solo voy por ella y me acuesto. Me encanta que me rasque la panza y el cuello, me gusta mucho correr a su alrededor y torearlo a que me quite las cosas de la boca. Eso si, siempre voy a su lado porque no quiero perderme. Y cuando llegamos a la casa a veces si entro luego luego, a veces no tan rápido, pero él me convence siempre.

Yo sé que el sueña con comprar una casa más grande con un patio más grande o un jardín. Yo espero que sea pronto porque me gusta mucho jugar con él. Ojalá pueda hacerlo pronto para que tenga energías para seguir jugando con el como tanto nos gusta.

Ah, y antes que se me olvide, mi nombre para los cuates es DUNKEL.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me pudo fascinar!!!
No puedo decirte más, estoy emocionada, conmovida, no sé...
encantada realmente.

KMCD

4:05 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home