martes, octubre 10, 2006

Crónica de un desayuno frío

Este domingo, estaba dispuesto a disfrutar de un suculento y nutritivo desayuno (caldito de pollo, salsa de chicharrón, bisteces en salsa verde y frijolitos claro está…) en la cocina económica propiedad de mi suegra cuando de repente me percato que en plena esquina de la calle 13 y avenida 6 (en Córdoba) está en sus labores dominicales un “celoso” guardián de la vialidad, o agente de Tránsito, o “tamarindo” o “perro” por aquello de las mordidas… ¿Qué tiene esto de particular?, en si nada, ese es el problema, y ahora explico por qué.

Resulta que de repente, cuando mi caldito de pollo estaba siendo servido en mi mesa, ante mis ojos veo que este vigilante del orden vial detiene a un conductor que tenia bajo sus pies y manos un Tsuru color verde, el cual, según mi criterio no tenía por qué haber sido detenido ya que el cruce en cuestión, no tiene semáforo, ni señalamiento alguno prohibitivo para la circulación libre, de no ser la consabida “preferencia” de las avenidas sobre las calles, lo cual no se sanciona en ningún lado. Así que me quedé observando para tratar de identificar la falla de este conductor. Después de unos 4 o 5 minutos de conferencia entre conductor y agente, yo decidí que tal vez la falta cometida por el primero fue el traer cristales polarizados, lo cuál, no estoy enterado hasta que punto está prohibido y amerite una multa.

El caso es que me quedé observando todo el proceso de discusión / convencimiento entre estos 2 individuos con el firme propósito de comprobar por mi mismo lo que desde el principio supuse: que el agente lo que buscaba era tener dinerito fresco para el desayuno. El agente se acercó al conductor del Tsuru saludándolo (cual debe de ser), y comentándole cuál era el motivo por el cual había sido detenido (del cual nunca pude cerciorarme). El conductor obviamente se defendió como pudo, y después de aproximadamente 10 minutos, y de que mi suegra me recordó que mi caldito de pollo estaba enfriándose, el agente se desabotonó la camisa por la parte media del pecho, sacó una libretita como las que usan las muchachas que atienden en una tienda de telas, le mostró algo de ella, que yo supongo que era alguna clase de reglamento de tránsito, y al observar el agente que yo estaba poniendo atención a todo este mitote, no le quedó más remedio que darle la libretita al conductor para que hiciera “lo propio” sin que yo pudiera observarlo claramente”. Lo que si pude observar ya olvidándome de que mi inicio de desayuno estaba realmente frío, es que el conductor buscó un “papelito”, lo colocó dentro de la mentada libretita, se la devolvió al agente, éste la metió sin revisarla nuevamente dentro de su camisa, la re-abotonó, se despidió de mano del conductor, y se regresó a su esquina a trabajar, mientras que el conductor, moviendo la cabeza en señal de desacuerdo, reanudó su marcha por la avenida.

Después de esta desagradable demostración de corrupción por ambos protagonistas, me dispuse a iniciar con mi desayuno, durante el cuál, el episodio anteriormente narrado ocurrió otras 2 veces con dos automovilistas más. Vale la pena señalar, que a diferencia del primer conductor, el segundo si tenía razón para ser multado, el cual era la falta de la placa delantera, pero para el tercero, nuevamente tuve la incógnita del motivo, ya que este ni cristales polarizados traía.

Después de terminar el desayuno y de despedirme de mi suegra, la conversación se cerró con un muy atinado comentario de ella: “Este tipo siempre está en esta esquina y hace exactamente lo mismo que hoy durante el tiempo que está ahí”.

Obvio, la recomendación es cuidarse de tipejos corruptos ladrones como este, los cuales desgraciadamente abundan en todas las ciudades de nuestro país, y evitar en lo posible circular por esta esquina, y si por alguna razón son detenidos por este u algún otro abusivo sinvergüenza, por favor, si hubo razón en la extensión de la multa, más vale que esta sea espedida y pagada en la oficina correspondiente, y no darle de “desayunar” a esta bola de zánganos que lo único que hacen es ROBAR a quien se deje. No lo permitamos. Lástima que no le vi ni el nombre ni el número en la placa, si no, aquí estaría más que balconeado.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

bueno ps eso sucede mucho y no solo en Codoba mi estimado, y desafortunadamente eso lo seguimos provocando y manteniendo nosotros los conductores y aun peor como ciudadanos seguimos permitiendo eso aun sabiendo que no hemos hecho nada malo, pero preferimos perder quiza hasta $200.00 por no perder un dia completo en papeleos engorrosos y oficinistas desayunando en plena hora de trabajo...
pero en fin ojala y hagamos mas conciencia y no permitamos eso cuando estamos seguros de que no hicimos algo malo, no lo cres??

1:54 p.m.  

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