Unterwegs...
Definitivamente las cosas y la perspectiva de la vida pueden cambiar en un instante. Aún cuando tu supuesto plan de vida ya está trazado y solo tienes que andar el camino, resulta que suceden acontecimientos inesperados que te cambian todo el panorama en un segundo. Y definitivamente no todo el mundo estará de acuerdo en que siquiera propongas uno o más cambios, por el simple hecho de que a ti se te ocurrió de la noche a la mañana… O porque sentiste que simplemente es absolutamente necesario para seguir respirando con tranquilidad…
En mi caso no es la excepción. Justamente cuando las cosas se habían acomodado de un modo en el que lo único que tenía que hacer era preocuparme por lo que ya tenía trazado, aparecen una serie de eventos que en cuestión de segundos me cambia el panorama, o mejor dicho, me regresa a la realidad. Una realidad lamentablemente triste en el que de entrada una estabilidad que yo creía haber encontrado, no era mas que simple conformismo disfrazado de eso. Una relación que ofrecía esa estabilidad no era mas que el simple hecho de ya no tener que esforzarse por mantener a alguien a tu lado porque sabes que no será necesario; y es el conformarse con estar con alguien que sabes que no camina a tu ritmo, que no tiene tus mismos gustos, que no tiene tus mismos sueños, pero que después de todo, en algún momento se esforzó por hacer parecer que si, y al final la verdad sale a relucir.
La pregunta ahora es: ¿Qué sigue? ¿Perseguir la felicidad que tanto había estado negada y escondida en rostros equivocados, o, de plano, seguir con el camino trazado? ¿Pan duro pero seguro? NO!. Me rehuso terminantemente a andar sobre el camino amarillo que sabes que te llevará al Mago de Oz que al final no es mas que un fraude. Prefiero mil veces descubrir el camino nuevo que no se ni de que color pinte, pero que de entrada, la pura fachada, es exactamente como a través de los sueños, anécdotas, experiencias y dolores de tantos años han ido estructurado como prototipo de lo que debe ser. Como el ejemplo exacto de lo que tu imaginación te dio a raíz de conjuntar todas y cada una de las vivencias pasadas. Como dice alguna canción: “lo que yo simplemente soñé”.
Ahora, a perseguir el sueño… ¿vale la pena? Por supuesto que si!! ¿Tomará tiempo? Seguramente más que cualquier estimación. El secreto estará en cerrar un ciclo de la mejor forma posible con las mejores consecuencias para todos los involucrados e iniciar el otro con la experiencia pasada como estandarte y con todo el cúmulo de cosas que tienes por entregar como dote. Ya es tiempo de dejar atrás las épocas en las que esperaba a que la marea acomodara las cosas y empezar a nadar en el mar, mar adentro o hacia la playa pero moverme por mi mismo para llegar a donde yo quiero. Así dejaré de lamentarme por dejar de hacer y pensar en que lo que hice, lo hice por decisión propia. Solo espero que mi sueño no se aleje y pueda esperar el tiempo que sea necesario para cuando ya tenga la libertad de tomarlo y no soltarlo con la firme promesa de que lo que esté en mis manos agilizar, así será.
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